Le preguntamos a algunas personas por qué publican fotos sexys

¿Qué es lo que busca la gente más allá del rush del «me gusta»?

El Urban Dictionary define Thirst Trap como «una fotografía o mensaje coqueto que se publica en las redes sociales con la intención de hacer que otros profesen públicamente su atracción». Un par de veces al día aparecen en mi timeline fotos de amigas y amigos con poca ropa. Por lo general soy fan de esas fotos, incluso si me ponen en una situación incomoda en el trabajo, pero siempre me he preguntado cuál es la razón de publicar este tipo de fotos. ¿Para quién son? ¿Están afirmando el amor propio o buscando la aprobación externa?

Para contestar a estas preguntas le pregunté a algunos amigos de mis redes sociales por qué publican fotos así y qué ganan con hacerlo. Sus respuestas están aquí abajo.

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En el atletismo las playeras son opcionales. Estoy medio bromeando, por supuesto, pero en realidad, mucho del tiempo que paso en la «oficina» estoy sudoroso o sin camisa. Es parte de mi trabajo y cualquier foto que publique va a reflejar eso. En cuanto a lo que gano con eso, la atención, los follows y los likes son parte de eso. Pero lo más importante, estoy consciente de cuanta gente me sigue, y así puedo mejorar mis resultados. Por ejemplo: en mi Twitter tengo 70/30 de seguidores masculinos y en mi Instagram tengo 65/35 mujeres. El análisis básico: a los hombres les gusta oírme hablar, mientras que a las mujeres les gusta verme.

No sólo soy un peleador, soy una marca. De muchas maneras estoy vendiendo una marca. Creo que muchos peleadores no lo entienden. Hay dos cosas en las que he tenido mucho éxito, la primera son los eventos en vivo de la UFC y me apodan «El comentarista oficial no oficial de la UFC». Recibo un flujo constante de siete millones más impresiones al mes. La segunda cosa obviamente es mi cabello. Soy el orgulloso dueño del club «The Best Hair in Combat Sports» (El mejor cabello en deportes de combate) para ser exactos. Eso es parte de la forma en que me presento, incluyendo las fotos. En muchos sentidos están conectados. Ambos títulos fueron construidos con el tiempo y ahora están dando sus frutos. «Si construyes algo, dará frutos» y mis seguidores en redes sociales lo demuestran. Por supuesto que algunos me odian, pero la mayor parte del alcance es positivo. Eso no me quita el sueño.

Algunos me podrán considerar como «presumido». El hecho de que tengo confianza en mi mismo, como me veo y mis habilidades como peleador pueden resultar negativas para la gente que lo percibe de ese modo. En realidad, estoy muy consiente de que estoy en un deporte muy humillante. El día que pienses que lo sabes todo, es el día en que te patearán el trasero en la tele nacional. Aquellos que critican no entienden el juego por el que estamos compitiendo. Para bien o para mal, no sólo se trata de lo bueno que eres, sino de a cuántos puedes vencer. Las peleas (y las competencias en general) se crearon para llenar nuestro deseo natural de competir. Un pelea es más que simplemente una pelea, es una historia, y los fans deciden de que lado estar, si de mi lado o del de mis oponentes.

Le mejor y lo peor que me han dejado las redes sociales es el contacto directo con mis fans y con otros. Eso incluye una campaña con la marca de champú y acondicionador Pert, la cual se ha convertido en mi patrocinador oficial hasta la fecha. Soy el primer peleador de la UFC en recibir tal apoyo. La actual campaña ha tenido mucho éxito para las dos partes. La negatividad o los mensajes malos a veces son una desilusión, pero para ser honesto, no me preocupa tanto. A veces es incluso una herramienta poderosa, ya que me permite ver que algunas personas tienen un dolor o una visión triste del mundo. Para citar las palabras inmortales de Arnold Schwarzenegger «Ignore The Nay Sayers».

Tengo una necesidad constante por la validación de extraños en internet. Algunos lo llaman sed de atención. No creo que sea malo aceptarlo. Por eso amo el término thirst trap y amo publicar las fotos que subo. Las redes sociales enriquecen de forma activa mi enfermedad mental. Subo este tipo de fotos para reprimir mi neurosis. La atención me distrae del vacío y me hace sentir como que vale la pena vivir. Suena como si fuera autoayuda pero sé que no es así. Lo sigo haciendo y sigo llamando más la atención. A mi terapeuta le encanta. La atención que tengo tiene sus pros y sus contras. Hace poco una artista a la que admiro Chelsea Donovan, dibujó una de mis fotos de Instagram y me gustó tanto que me lo voy a tatuar. Hay muchas mujeres que me siguen que me etiquetan en sus fotos sexys y siempre me hacen sentir bien. Al mismo tiempo quiero publicar todos los mensajes directos que recibo en Instagram en un libro que se va a llamar Yes All Men. Todos esos mensajes son lo peor que me ha pasado. No entiendo como alguien se puede enojar porque una mujer se tome fotos en ropa interior cuando el mundo se está muriendo literalmente.

Sin embargo, he tratado de ser proactiva al contestar esos mensajes. Hace unos días publiqué una foto con un emoji de flor tapando mis senos. Un hombre me mandó un mensaje preguntando: ¿cuántos retweets quieres para quitar el emoji? Y yo conteste: Mándame 100 dls por Paypal. Me hizo reír mucho y le tomé un screenshot a la conversación y la tuiteé con el link de mi Paypal y muchos hombres son tan ridículos que me depositaron quinientos dólares. Quiero aclarar que no quité el emoji de mis senos. Con eso pagué mi deuda del teléfono y lo demás lo doné a Planned Parenthood.

He publicado muchas fotos en diferentes formas de desnudez. Cuando la gente me pregunta por qué lo hago, tengo muchas respuestas. Lo hago porque me gusta. Porque me prende que me vean. Lo hago porque soy artista y la atención me encanta y a veces me deja dinero. Todos tenemos cosas que nos molestan y para mí avergonzarse del cuerpo es una de esas cosas. Quiero que la gente deje de asociar el hecho de estar desnudo con lo moral. La gente debería respetar las elecciones de otros, ya sea que se cubran demasiado o se desnuden, pero para mi todo se resume a que disfruto ser activa en espacios queer. Eso incluye que publique fotos desnuda en la web.

Publicar las fotos puede ser divertido, y puede ser sexy, pero como cualquier otra cosa, es fácil vincularlo en ideas más amplias sobre cómo estamos absorbiendo las imágenes del otro. No se puede hablar de esto sin hablar de lo importante que es la representación de diversos organismos en línea. Soy trans y pronto haré cambios quirúrgicos/hormonales en mi cuerpo. En lo personal, creo en la idea de que una vez que tenga cicatrices de cirugía y diferentes estructuras óseas, las fotos se convertirán en algo aún más radical, ya que tendré un cuerpo que va más allá del género binario. Estoy segura de que esas fotos serán un choque para el sistema de todos esos tipos heterosexuales que le dan like a mis fotos. El término thirst traps en sí está arraigado a una interpretación sexista de la cultura selfie. Se ha utilizado para degradar (en su mayoría) a las mujeres. Entonces si publicas una foto y eso le prende a la gente. ¿Por qué sentirse avergonzada? Debes sentirte halagada y hacer lo que te hace sentir sexy. Tengo el privilegio de tener la comodidad de no preocuparme por quien me vea y de saber que eso no afectará a ninguna de mis opciones de carrera/profesional, pero creo que si tienes la oportunidad, tómate fotos como quieras.

En el atletismo las playeras son opcionales. Estoy medio bromeando, por supuesto, pero en realidad, mucho del tiempo que paso en la «oficina» estoy sudoroso o sin camisa. Es parte de mi trabajo y cualquier foto que publique va a reflejar eso. En cuanto a lo que gano con eso, la atención, los follows y los likes son parte de eso. Pero lo más importante, estoy consciente de cuanta gente me sigue, y así puedo mejorar mis resultados. Por ejemplo: en mi Twitter tengo 70/30 de seguidores masculinos y en mi Instagram tengo 65/35 mujeres. El análisis básico: a los hombres les gusta oírme hablar, mientras que a las mujeres les gusta verme.

No sólo soy un peleador, soy una marca. De muchas maneras estoy vendiendo una marca. Creo que muchos peleadores no lo entienden. Hay dos cosas en las que he tenido mucho éxito, la primera son los eventos en vivo de la UFC y me apodan «El comentarista oficial no oficial de la UFC». Recibo un flujo constante de siete millones más impresiones al mes. La segunda cosa obviamente es mi cabello. Soy el orgulloso dueño del club «The Best Hair in Combat Sports» (El mejor cabello en deportes de combate) para ser exactos. Eso es parte de la forma en que me presento, incluyendo las fotos. En muchos sentidos están conectados. Ambos títulos fueron construidos con el tiempo y ahora están dando sus frutos. «Si construyes algo, dará frutos» y mis seguidores en redes sociales lo demuestran. Por supuesto que algunos me odian, pero la mayor parte del alcance es positivo. Eso no me quita el sueño.

Algunos me podrán considerar como «presumido». El hecho de que tengo confianza en mi mismo, como me veo y mis habilidades como peleador pueden resultar negativas para la gente que lo percibe de ese modo. En realidad, estoy muy consiente de que estoy en un deporte muy humillante. El día que pienses que lo sabes todo, es el día en que te patearán el trasero en la tele nacional. Aquellos que critican no entienden el juego por el que estamos compitiendo. Para bien o para mal, no sólo se trata de lo bueno que eres, sino de a cuántos puedes vencer. Las peleas (y las competencias en general) se crearon para llenar nuestro deseo natural de competir. Un pelea es más que simplemente una pelea, es una historia, y los fans deciden de que lado estar, si de mi lado o del de mis oponentes.

Le mejor y lo peor que me han dejado las redes sociales es el contacto directo con mis fans y con otros. Eso incluye una campaña con la marca de champú y acondicionador Pert, la cual se ha convertido en mi patrocinador oficial hasta la fecha. Soy el primer peleador de la UFC en recibir tal apoyo. La actual campaña ha tenido mucho éxito para las dos partes. La negatividad o los mensajes malos a veces son una desilusión, pero para ser honesto, no me preocupa tanto. A veces es incluso una herramienta poderosa, ya que me permite ver que algunas personas tienen un dolor o una visión triste del mundo. Para citar las palabras inmortales de Arnold Schwarzenegger «Ignore The Nay Sayers».

Tengo una necesidad constante por la validación de extraños en internet. Algunos lo llaman sed de atención. No creo que sea malo aceptarlo. Por eso amo el término thirst trap y amo publicar las fotos que subo. Las redes sociales enriquecen de forma activa mi enfermedad mental. Subo este tipo de fotos para reprimir mi neurosis. La atención me distrae del vacío y me hace sentir como que vale la pena vivir. Suena como si fuera autoayuda pero sé que no es así. Lo sigo haciendo y sigo llamando más la atención. A mi terapeuta le encanta. La atención que tengo tiene sus pros y sus contras. Hace poco una artista a la que admiro Chelsea Donovan, dibujó una de mis fotos de Instagram y me gustó tanto que me lo voy a tatuar. Hay muchas mujeres que me siguen que me etiquetan en sus fotos sexys y siempre me hacen sentir bien. Al mismo tiempo quiero publicar todos los mensajes directos que recibo en Instagram en un libro que se va a llamar Yes All Men. Todos esos mensajes son lo peor que me ha pasado. No entiendo como alguien se puede enojar porque una mujer se tome fotos en ropa interior cuando el mundo se está muriendo literalmente.

Sin embargo, he tratado de ser proactiva al contestar esos mensajes. Hace unos días publiqué una foto con un emoji de flor tapando mis senos. Un hombre me mandó un mensaje preguntando: ¿cuántos retweets quieres para quitar el emoji? Y yo conteste: Mándame 100 dls por Paypal. Me hizo reír mucho y le tomé un screenshot a la conversación y la tuiteé con el link de mi Paypal y muchos hombres son tan ridículos que me depositaron quinientos dólares. Quiero aclarar que no quité el emoji de mis senos. Con eso pagué mi deuda del teléfono y lo demás lo doné a Planned Parenthood.

He publicado muchas fotos en diferentes formas de desnudez. Cuando la gente me pregunta por qué lo hago, tengo muchas respuestas. Lo hago porque me gusta. Porque me prende que me vean. Lo hago porque soy artista y la atención me encanta y a veces me deja dinero. Todos tenemos cosas que nos molestan y para mí avergonzarse del cuerpo es una de esas cosas. Quiero que la gente deje de asociar el hecho de estar desnudo con lo moral. La gente debería respetar las elecciones de otros, ya sea que se cubran demasiado o se desnuden, pero para mi todo se resume a que disfruto ser activa en espacios queer. Eso incluye que publique fotos desnuda en la web.

Publicar las fotos puede ser divertido, y puede ser sexy, pero como cualquier otra cosa, es fácil vincularlo en ideas más amplias sobre cómo estamos absorbiendo las imágenes del otro. No se puede hablar de esto sin hablar de lo importante que es la representación de diversos organismos en línea. Soy trans y pronto haré cambios quirúrgicos/hormonales en mi cuerpo. En lo personal, creo en la idea de que una vez que tenga cicatrices de cirugía y diferentes estructuras óseas, las fotos se convertirán en algo aún más radical, ya que tendré un cuerpo que va más allá del género binario. Estoy segura de que esas fotos serán un choque para el sistema de todos esos tipos heterosexuales que le dan like a mis fotos. El término thirst traps en sí está arraigado a una interpretación sexista de la cultura selfie. Se ha utilizado para degradar (en su mayoría) a las mujeres. Entonces si publicas una foto y eso le prende a la gente. ¿Por qué sentirse avergonzada? Debes sentirte halagada y hacer lo que te hace sentir sexy. Tengo el privilegio de tener la comodidad de no preocuparme por quien me vea y de saber que eso no afectará a ninguna de mis opciones de carrera/profesional, pero creo que si tienes la oportunidad, tómate fotos como quieras.

¿Qué es lo que gano con hacerlo? Muchos likes en Instagram. Cuando publico una foto claro que lo hago para llamar la atención. No te metes a ese tipo de cosas sino buscas atención. Y la atención te hace sentir bien. No sé como explicarlo de otra forma.

Trabajo en una tienda de lencería y es así como las fotos se han vuelto algo muy común para mi. No creo que sea motivo de escándalo porque me tomo fotos a mi y a otras chavas en lencería todo el tiempo, es parte de mi trabajo, pero también es una excusa para hacerlo, por ejemplo, a veces pienso: puedo subir esta foto en bra porque es un brasier elegante del trabajo, me siento súper bien y me veo súper bien. Todos deberían ver lo bien que me veo con este bra.

El otro día un amiga me dijo que se había tratado de tomar una selfie así y que le quedó horrible. Me dijo que se dio cuenta de cuanto tiempo paso tratando de que quede bien una foto. Claro que toma tiempo, y practica. Los ángulos pueden hacer de una foto algo hermoso o algo horrible, si no conoces tus ángulos puedes salir muy mal. También la luz es muy importante, pero esa práctica tiene sus frutos.