Su esposa estaba muriendo en un dormitorio del hospital, cuando la enfermera lo sorprendió

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El último deseo fue sorprendido por una enfermera. Si bien es cierto, no hay nada más trágico que ver que uno de nuestros familiares va muriendo lentamente. Verlo en el hospital, conectados a un montón de aparatos es algo bastante doloroso. Pero en esos momentos debemos ser fuertes y tratar de apoyar al máximo a nuestro ser querido. 

Solo de esta manera podemos darle la fortaleza para afrontar su situación y salir adelante. En estos momentos, lo último que quisiéramos hacerle a nuestro ser querido, es decepcionarlo. Por eso, hacemos lo que haga falta a fin de cumplir con su último deseo.

No importa qué sea lo que nos pidan, aunque parezca imposible, tratamos de cumplir su último deseo. Así, cuando le llegue la hora de morir, podrá hacerlo en paz y nosotros tendremos nuestra conciencia tranquila. Eso fue lo que sucedió en la historia que te contaremos a continuación.

El último deseo de mi esposa

“Mi esposa estaba en el hospital donde le habían realizado varias operaciones muy agresivas. Desgraciadamente, estas no estaban dando resultado, así que su situación empeoraba cada vez más. Cada minuto que pasaba, el pronóstico se hacía cada vez peor. Aunque ella era capaz de hablar, no podía comer ni beber nada.

Para poder sobrevivir, mi esposa debía ser alimentada por medio de la sueroterapia y analgésicos muy fuertes. En uno de esos momentos en los que pudo hablar bien, me hizo una última petición. Ella me pidió que le llevara a su habitación a su mascota, para verla por última vez. Aunque sabía que sería algo prácticamente imposible, acepté sin vacilar la petición de mí esposa.

Bella es el nombre de nuestra mascota, un pastor australiano de 22 kg de peso. Al ser un perro pequeño, lo pude entrar perfectamente en una maleta de tamaño regular. Entonces hablé con ella como si pudiera entenderme. Le expliqué que iríamos a ver a su madre, pero no podía hacer ruido para que no la descubrieran.

Ahora, la metí en la maleta y la dejé un poco abierta para que pudiera respirar. Luego, la puse en el automóvil y nos dirigimos al hospital. Cuando por fin llegamos, le recordé que debía mantenerse en silencio y la saqué del vehículo. También le expliqué que abriría la maleta por unos instantes para que viera a su mami.

Nos sorprenden con las manos en la masa

Por sorprendente que parezca, Bella no gimió, ladró ni hizo ninguna clase de sonido. Era como si supiera que estaba prohibida la entrada de mascotas al hospital y no quería que la descubrieran. Cuando pasé frente a la estación de las enfermeras, una me preguntó por el contenido de la maleta. Entonces le respondí que llevaba algunas cosas para que mi esposa se sintiera más cómoda. A esto, las enfermeras dijeron que no había problemas y me dejaron pasar.

Cuando por fin llegamos a su habitación, mi esposa ya estaba durmiendo. Entonces, abrí un poco la maleta y, al verla, bella pegó un salto y se subió a la cama. Luego, con mucho cuidado, se acurrucó en los pechos de su madre. La verdad es que no entiendo como se hizo para no tocar ninguno de los cables ni aparatos. Entonces, se acomodó de tal forma que pudiera ver directamente a los ojos a mi esposa. Uno 20 minutos más tarde, mi esposa se levantó gimiendo de dolor.

Tan pronto despertó, Bella comenzó a lamerle la cara y lloriqueaba en un tono muy bajito. Era como si supiera que, si ladraba, la sacarían del hospital. Mi esposa estuvo abrazándola por alrededor de 1 hora con una gran sonrisa en la cara. En ese momento, una de las enfermeras se acercó a nuestra habitación y nos encontró con las manos en la masa. Ella vio a la perra sobre mi esposa, pero le pareció algo tan conmovedor que no dijo nada.

Cada vez que tomo una maleta

Una vez mi esposa se volvió a quedar dormida, metí a Bella a la maleta, quien estuvo muy tranquila todo el tiempo. Pocos días más tarde, mi esposa lamentablemente falleció. Ahora siempre que tomo una maleta, Bella piensa que vamos a verla al hospital”.

Esta es una verdadera historia de amor leal. Como vemos, aunque muchos no les demos gran importancia, las mascotas son miembros de la familia. Por eso, es tan importante que los cuidemos bien y no los maltratemos. Además, deberían existir políticas en los hospitales que permitan que un paciente se despida de su mascota. Si esta historia te pareció conmovedora, compártela en tus redes sociales.