5 razones científicas de por qué los hombres prefieren a las mujeres gorditas

En cuestión de gustos masculinos no hay nada escrito, se ha dicho hasta el hartazgo. Rubias, morenas o pelirrojas; altas o bajas; delgadas o con curvas, todos son los prototipos femeninos más comunes y que predominan en el gusto, pero ¿cuál de ellos es más común o necesariamente más apetecido por los hombres en general?

Las curvas son un placer

curvasA la luz de un estudio realizado por graduados de una prestigiosa universidad de Estados Unidos, esa pregunta tiene una aparente respuesta, porque se comprobó que los hombres tienen una debilidad hacia las curvas, pues el punto de excitación es mucho más rápido a nivel cerebral al ver una mujer de talla grande en comparación a una mujer delgada.

La actividad cerebral es tan fuerte que es equivalente al “placer” cuando ven un cuerpo más curvilíneo.

El estudio, encabezado por el investigador Steven Platek, del Georgia Gwinnett College en Lawrenceville (Georgia) abarcó un trabajo con 14 hombres, cuya edad promedio era de 25 años. A los “conejillos de India” se le mostraron las fotografías de un grupo de mujeres con marcadas caderas, en tanto, los expertos obtuvieron evidencias de una actividad similar a la registrada con el consumo de alcohol o drogas en el cerebro de los hombres. Los mismos expertos apuntaron que no debería sorprender tampoco que la evolución de la especie esté vinculada al hecho de que el cerebro masculino reaccione placenteramente ante la visión de una mujer atractiva.
Con estrés mucho mejor

La revista científica Plos One, por su parte, entregó los resultados de un estudio muy serio que reventó las redes sociales, donde explicaban que los hombres bajo momentos o períodos de estrés preferían a una mujer de talla grande.

La razón es evolutiva, pues cuando los recursos son escasos o imprevisibles, el físico de una mujer delgada puede ser señal de enfermedad, la fragilidad y la incapacidad para reproducirse.

Muy funcional a la reproducción

Las mujeres con cuerpos más voluptuosos o de talla grande, no solo invitan culturalmente a la reproducción, sino que las características de la grasa “extra” en zonas como muslos y glúteos contendrían omega 3, un ácido que ayuda a la madre durante su período de gestación, así como a tener bebés más inteligentes, según determinó un estudio de la Universidad de Santa Bárbara.

Desde el punto de vista evolutivo
Culturalmente hablando algunos antropólogos revelan que el hombre evolutivamente siempre ha preferido a las mujeres de caderas anchas, sin importar su peso. Para el hombre primitivo, tener una mujer curvilínea era necesario durante los períodos de apareamiento, así no solo la mujer tenía más calorías que quemar, sino que gracias a la grasa, que aumenta la presencia de estrógenos, su fertilidad duraba más tiempo.

Gusto por un gran busto

Algunos antropólogos reconocen que los hombres prefieren a las mujeres de gran busto, lo que se explica a través de complicada teoría que habla de los monos y sus hábitos reproductivos. La teoría habla que cuando los monos comenzaron a caminar en dos pies, los pechos eran un indicativo para ellos de cuando la hembra estaba lista para aparearse.

Fuente: http://www.guioteca.com