Enrique Guzmán: Sociedad y Gobierno

La sociedad está dividida entre los que defienden sus valores sin tener en cuenta la realidad y los que gestionan la realidad sin tener valores.

La sociedad moderna ya no se basa en  un centro de decisiones que requiera un hombre providencial al mando, tal como históricamente hemos estado acostumbrados.

 

Ya no basta con controlar los medios de comunicación.

 

La pretensión de controlar la sociedad es anticuada, porque hoy es incontrolable, pero sí se puede gobernar, que es otra cosa.

 

Quien aspire a gobernar  hoy debe entender que no es  él quien impone sus ideas a una sociedad que controla, sino que su función es la de articular lo que esa sociedad quiere.

 

Los gobernantes deben dinamizar un gobierno cooperativo que sepa convertir la inteligencia colectiva en decisiones que procuren el beneficio del conjunto entero de la sociedad, sin partidismo ni amiguismos.

 

Hoy la democracia se impone a las oligarquías incluso en el mundo árabe.

Porque, como demuestran los estudios: cuando personas muy diversas –y con diversos grados de inteligencia– deliberan colectivamente, toman decisiones más acertadas que las acordadas por un grupo de personas más uniformes, aunque tengan mayor grado individual de inteligencia.

 

La pretensión ha de ser la de un gobierno de los mejores, la aristocracia, es hoy inútil, porque la sociedad del conocimiento es inteligente en red, no en jerarquía, y por eso, si está bien articulada, la democracia proporciona mejores decisiones que las élites.

 

Gobernar es precisamente articular!

 

Un gobierno efectivo debe a toda costa evitar el cortoplacismo, que conduce al atasco y las crisis; no confundir el ajetreo con el avance ni el ruido con la comunicación.

Gobernar es cooperar en la estrategia, la planificación con visión de futuro y huir de la improvisación y el tacitismo miope.

No es fácil.

Yo personalmente deploro la crítica fácil.

Gobernar es mucho más complejo que mandar y controlar. El fracaso de la política hoy es consecuencia del fracaso del conocimiento: los políticos sufren de rigidez cognitiva: no entienden el cambio.

Me pregunto: ¿Y a quién pedimos responsabilidades?

El gran reto en una sociedad en red es dirimir responsabilidades y atribuirlas. Hay que repensarlas y posteriormente asumirlas.

¿Nos indignamos?

Aunque es lícito, no es suficiente, es necesario que seamos todos más inteligentes. No se trata de tener líderes brillantísimos –¿cuántas organizaciones repletas de genios funcionan fatal?–,  debemos entender la gran necesidad de convertirnos en una sociedad más eficaz, que seamos capaces de resolver de forma efectiva y pacífica nuestros conflictos; con reglas equitativas que distribuyan el trabajo y el bienestar.

Más que llegar a saber, se trata de no dejar de aprender: huyamos de cualquier organización en la que sea el más listo o el que hable más duro o con más groserías quién sea el que tome las decisiones. Abandonemos cualquier aula, claustro, redacción, partido político o relación humana en la que no estemos aprendiendo y en la que nuestro aporte no sea valorado.

Solo entendiendo el significado de la frase «nosotros sabemos más que yo» seremos capaces de superar este gran reto que la historia nos está planteando.

 

Enrique Guzmán. @kikeamsterdam

Amsterdam, 1-6-2017.