“Si quieren no se quiten que les vamos a partir el culo en esta mierda, si quieren no se quiten, no se quiten, malditos” gritaba el militar VENECUBANO que cobardemente, y con toda su furia, arremetía su tanqueta contra los valientes guerreros que con sus escudos de madera, pero que con su corazón de patria y espíritu emancipador, continúan defendiendo su derecho a la vida y a la libertad.
Allí quizás se encontraba documentando esta vergonzosa acción militar un joven periodista VENEZOLANO, un héroe de la patria llamado Miguel Castillo Bracho, quien soñaba con un mejor futuro, un mejor porvenir, una mejor Venezuela, pero que jamás se imaginaría que otro desalmado militar que no puede ser llamado venezolano, le tenía preparada una fatal emboscada al preparar su arma de fuego con balas de plomo para asesinarlo sin piedad.
Este héroe de la patria, como tantos otros caídos en la lucha por la libertad quizás pensó que un militar verdaderamente venezolano cuyo lema es “El Honor es nuestra divisa” jamás deshonraría las sublimes palabras del Libertador “Maldito el Soldado que vuelva las Armas de la República contra su Pueblo”
Quizás nunca cruzó por su mente que un militar verdaderamente venezolano sería un maldito que deshonraría con sangre tan gloriosas palabras del Libertador Simón Bolívar, o un cobarde que mancillaría el honor de las Fuerzas Armadas Bolivarianas.
Quizás nunca cruzó por su mente que un militar verdaderamente venezolano podría actuar tan cobardemente en defensa de un narco régimen de corruptos y asesinos que ha sumido a la patria en la peor crisis económica, social, política, moral y espiritual de nuestra vida republicana.
Quizás nunca pensó que un militar verdaderamente venezolano podría convertirse en un delincuente cómplice por inacción u omisión, pues no hay peor delincuente que quien avala la delincuencia y no actúa en consecuencia.
O peor aún, quizás nunca se imaginó que un militar verdaderamente Venezolano se convertiría en un vende patria al permitir convertirse en subalterno de un oficial cubano y acatar órdenes para reprimir y asesinar salvajemente a su pueblo.
Yo al igual que Miguel quiero pensar que dentro de las Fuerzas Armadas Venezolanas aún quedan militares decentes, oficiales no corruptos, verdaderos patriotas capaces de defender su honor y su patria para convertirse, también como Miguel y los muchos caídos en esta lucha, en HEROES DE LA PATRIA
HONOR A QUIEN HONOR MERECE Y DESHONRA A QUIENES MERECEN SER DESHONRADOS
Ing. Henry Berroterán
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